Presentación de libro "Iluminacion y fuga" (Márgara Russotto) Poesía ecfrástica sobre obras de Román Hernández, Michele Mulas y Elisa Lanzi



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Lo visible y lo invisible en la poesía ecfrástica

Márgara Russotto

Los poemas que se ofrecen en este libro son considerados poemas ecfrásticos. Es decir, los que se originan en la observación de una obra de arte, a la cual describen o refieren mediante un discurso verbal. En una perspectiva tradicional, la écfrasis era entendida como un ejercicio retórico que bordeaba el peligro de replicar la imagen visual mediante minuciosas descripciones. Hoy, sin embargo, encontramos numerosas formas y modalidades de écfrasis que expanden el sustrato dialogante que la caracteriza desde gradaciones menores hasta textualidades rupturales insertas en múltiples contextos interdisciplinarios. Dicha ampliación que abarca todo tipo de arte -sea visual, musical, escultórica, entre muchas otras formas artísticas- revela una condición esencial de la relación ecfrástica: el encantamiento, el golpe de belleza que desestructura la convención, el sometimiento del sujeto lírico llevado a un territorio desconocido donde el pacto mimético funciona mal, o no funciona del todo. El poema ecfrástico se vuelve así un ejercicio de metamorfosis que intenta visibilizar lo invisible encapsulado en una obra artística, tal vez haciéndolo aún más oscuro, más inalcanzable en sus secretos, o quizás dándole otra vida. Nueva vida. Pero vida poética, que no necesariamente explica o traduce la vida de la obra.

Mi afición a la poesía ecfrástica empezó temprano al hojear volúmenes de arte con grandes estampas a color. Ella fue creciendo en las horas transcurridas en la contemplación de obras artísticas en los museos, aunque también en exhibiciones y encuentros en pequeñas galerías de arte y anticuarios, en modestos museos provincianos, y hasta en esas capillas semi-devastadas por el tiempo donde aún pueden vislumbrarse restos de una mejilla virginal en un bajorrelieve oscurecido por la humedad.

Había que contar de algún modo esas horas felices de contemplación estética. Había que reencontrarse en las huellas de otros, perdidos en esa misma contemplación de la creación humana: testimonio de su interminable y doliente evolución. Eso que Jorge de Sena, el gran poeta portugués, llamó “la conmovedora historicidad de la naturaleza humana” que revelan los museos (1). Y allí está, su poema a la “Gacela ibérica” sin una pata, siglo 7 u 8 a. de C., pequeña escultura de bronce del British Museum de Londres sosteniéndose milagrosamente en equilibrio como si se apoyara en la respiración de otros tiempos, dice el poeta. Allí está la prosa poética y filosófica de Mark Strand, capturando el instante de soledad congelado en las obras pictóricas de Edward Hopper; entrando en el corazón del imaginario norteamericano. Y allí también, el soneto de Gabriela Mistral dedicado al “Pensador” de Rodin, convertido en metonimia y emblema de toda una poética, la poética mistraliana centrada en la muerte.

La segunda propuesta ecfrástica tiene otro origen y se inspira en los dibujos del artista italiano Michele Mulas, encontrados en un desván en el 2011, después de su muerte en el 2006. En esa ocasión enlisté 22 dibujos que representaban formas enigmáticas, a veces animales fantásticos o figuras raras, a los cuales di un título provisional y algunas líneas de perplejidad para futura identificación. La lista quedó olvidada durante una década. Una segunda mirada a los dibujos en el 2021 retomó de inmediato el hilo interrumpido: cada trazo apuntaba al verso, como si ya hubiera sido previsto diez años antes. Escenas de juego y puntos de ironía se alternaban con formas austeras. Había una simplicidad infantil y a la vez una sofisticación contemporánea difícil de discernir. ¿Filosofía de monos jugando a ser sabios? ¿Divertimento? La genuina alegría que comunicaban esos dibujos invitaba a una écfrasis libre de cualquier significación. Ese era el reto que había que asumir.
 
La tercera y última propuesta ecfrástica se produce durante la pandemia de Covid, y se inspira en el trabajo de Elisa Lanzi, artista norteamericana residente en Massachusetts, basado en collage sobre papel artesanal que ella misma construía. En el obligado encierro que todos vivíamos, las imágenes de Elisa eran como una escapada a los bosques, un recomponerse del mundo vegetal y acuático que borraba el estancamiento y la reclusión. Mientras nosotros éramos los afectados en una situación de artificialidad, sus grabados -desde la construcción misma de los instrumentos y recursos a mano- se deslizaban en atmósferas de serenidad y calma que llevaban la imaginación a espacios abiertos y seguros. Una afortunada paradoja. Otro sorprendente desvío de la écfrasis que nos recordaba la felicidad perdida, la del trabajo bien hecho y la compañía humana, en un tiempo sin felicidad ni compañía.
Ya Sor Juana había advertido sobre los “engaños del sentido” y la percepción. Tal vez el poema ecfrástico quiera desmantelar ese engaño; interrogar la apariencia hacia un saber otro y más profundo que solo el diálogo entre las artes puede afrontar.
Todo esto, por agradecer y compartir, me llevaron a reunir estas tres propuestas de écfrasis, las cuales surgieron en momentos distintos por una suerte de inquietud interior que fue llevando a la escritura. En efecto, Laboratorio Lombrosiano nace en el 2012 a partir del impacto ante una exposición escultórica del artista Román Hernández titulada “Laberinto de pasiones”. Las cabezas en terracota y tamaño natural, sometidas a manipulación anatomista por todo tipo de incisiones, hierros y mediciones crípticas, parecían exigir un lenguaje del cual habían sido violentamente despojadas. Me interpelaba el horror de su condena, cabezas masculinas bajo el poder de una ciencia absolutista de corte lombrosoniano. Era urgente que hablaran las cabezas. ¿Pero querrían hablar? ¿En qué lengua?

NOTAS: 
1. Citado por Ángel Crespo en “Notas para una lectura alquímica de las Metamorfoses de Jorge de Sena”. En Anthropos, no. 150, 1993, pp. 37-41.

MARGARA RUSSOTTO es poeta, traductora y catedrática venezolana nacida en Italia. PhD en Literatura Comparada por la Universidad de São Paulo. Profesora de Literatura Latinoamericana en la Universidad Central de Venezuela donde fundó los Estudios de la Mujer. Traductora y editora de escritores italianos, venezolanos y brasileños. Ha recibido reconocimientos por su poesía y por su investigación literaria, incluyendo el Premio de Poesía “José Antonio Ramos Sucre” (Venezuela, 1995) por su libro Épica mínima, una beca Fulbright (1998), y el Premio LASA (2007) por la edición del volumen La ansiedad autorial. En 2010 estuvo en residencia en el Chateau de Lavigny International Writer´s Residence (Suiza). Actualmente es Profesora Emérita de la University of Massachusetts/Amherst, donde también enseñó Escritura Creativa en Español. Publicaciones recientes: Cantabile. Celebración de la Poesía Latinoamericana (Madrid 2020); As quatro estações da poesia (Porto 2019); Sustentación del enigma. Cuatro ensayos sobre Clarice Lispector (Madrid 2013); Memory of the Species; Selected Poems (Massachusetts, 2023).

ROMÁN HERNÁNDEZ nació en Tenerife, Islas Canarias en 1963. Escultor, Doctor en Bellas Artes, Profesor Titular de Escultura del Dpto. Bellas Artes (Universidad de La Laguna, Canarias) y gestor cultural. Cuenta con numerosas exposiciones individuales y colectivas con edición de catálogo y textos críticos y poéticos sobre su obra. Cuenta con obra permanente en distintas colecciones nacionales e internacionales: Col. Mortimer Rare Book Room (Museum of Art, Massachussets, EE. UU.), Centro Studi Jorge Eielson (Florencia, Italia), Biblioteca Nacional de Florencia, Museo de Antropología Criminal “Cesare Lombroso” (Turín, Italia), Biblioteca Nacional de España, TEA (Tenerife Espacio de las Artes), Museo de Esculturas al aire libre de Leganés (Madrid) y Pazo de la Cautiva (Zamora, España), entre otras. Desde 2018 dirige Desván Blanco. Espacio Cultural de Santa Cruz de Tenerife.
La serie de cabezas del escultor Román Hernández aquí representadas pertenecen a la instalación escultórica titulada Laberinto de pasiones (terracotas policromadas, medidas variables, 2000-2002). Ha sido exhibida varias veces, en Tenerife y Lisboa, entre otros lugares.

MICHELE MULAS (Bari Sardo 1936-Milano 2002) fue un artista italiano de gran versatilidad que cultivó la pintura, la escultura, el dibujo, la instalación, el tallado y el uso de diferentes materiales (tela, madera, papel, cartón de embalaje, entre otros). Practicó una cierta forma de Op Art figurativo a partir de la repetición de patrones geométricos. Desde 1966 y hasta el año de su muerte, expone sus obras en prestigiosos museos y galerías de arte, no solo en diferentes ciudades de Italia sino también en Francia y en Perú. Aquí entra en contacto con las antiguas civilizaciones prehispánicas que marcarán su obra con la presencia de pequeñas formas humanas y de animales que evocan los dibujos de tejidos preincaicos. El crítico Pierre Restany los llamó “módulos orgánicos”. Los dibujos de Michele Mulas aquí representados son de dos tipos. Los primeros, en blanco y negro, son dibujos en tinta china sobre papel; los demás, en colores, son acuarelas sobre cartón. Fueron realizados en el 2000 y en 1987. Actualmente se conservan en el Centro Studi Jorge Eielson, Universidad de Florencia (Italia).

ELISA LANZI trabaja en la intersección grabado y arte del libro. Inspirándose en el Mediterráneo, el Oeste americano y Nueva Inglaterra, su obra abstracta responde a motivos que abarcan siglos y geografías. Las migraciones culturales, las conquistas, la religión y la mitología se entrelazan en la mezcla a través de grabados originales, collages, papel hecho a mano y libros de artista. Realiza exposiciones en contextos con jurado y por invitación, en Massachusetts, Nueva York, Texas, Vermont (EE. UU.), Italia y Brasil. Su obra está representada en The Book Art Museum, Lódz, Polonia, Smith College Special Collections (EE. UU.), Herman B. Wells Library, University of Indiana, Bloomington (EE. UU.), Hampshire College Library (EE. UU.) y en colecciones privadas. Lanzi es licenciada en Inglés/Historia del Arte y en Biblioteconomía por la Universidad Estatal de Nueva York (EE. UU.). Creció en una familia italoamericana en Rochester, Nueva York, y vive en el oeste de Massachusetts. Las obras de Elisa Lanzi aquí representadas constituyen una selección de monotipos, collage y papel artesanal, producidas entre 2016 y 2020 de la exposición individual, Capriccio.


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